Macri reunió a la cúpula del PRO durante cuatro horas en un hotel de Puerto Madero
En uno de los salones del Hotel Madero, en el dique 2 de Puerto Madero, donde suele concentrar el plantel profesional de fútbol de Boca Juniors, Mauricio Macri almorzó ayer durante cuatro horas con su núcleo más íntimo, con quienes analizó los resultados de las PASO y los pasos a seguir de cara a las elecciones generales de octubre. El secretario General porteño, Marcos Peña; el intendente de Vicente López y jefe de campaña bonaerense, Jorge Macri; el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba; el jefe de Gabinete y electo jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta; la vicejefa y candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal; la senadora y candidata a vicepresidenta, Gabriela Michetti, y el empresario Nicolás Caputo, el mejor de los amigos del candidato presidencial, se sentaron a la mesa junto al líder del PRO. Estuvieron a puertas cerradas, bajo absoluto hermetismo, desde las 13 y hasta pasadas las 17. Afuera, no paró de llover en ningún momento.
Fue la primera reunión de peso de la cúpula del PRO tras las internas del domingo y un rato después de la conferencia de prensa en la que Macri aprovechó el polémico viaje europeo de Daniel Scioli para ofrecer asistencia a los damnificados por las inundaciones que azotan a decenas de distritos bonaerenses. La ausencia del gobernador –que en estas horas volvía al país procedente de Italia- y la gestión provincial, criticada con frecuencia por la oposición, es un dilema por estos días en la mesa chica macrista: Durán Barba instaló la idea de la inconveniencia de fustigar a Scioli, por los altos niveles de aprobación y popularidad del ex motonauta. Incluso durante estas inundaciones, los dirigentes porteños se cuidaron de arremeter con dureza a la figura del gobernador.
La preocupación de Macri en estos días pasa por cómo capitalizar los votos que en las primarias fueron para la alianza UNA, conformada por Sergio Massa y José Manuel de la Sota, cómo acentuar la buena elección del jefe de Gobierno y de Vidal en la provincia de Buenos Aires, y en aumentar el caudal electoral en el norte del país, donde la performance del líder del PRO fue de mala a pésima. Según fuentes del comando de campaña macrista, eso habría provocado alguna rispidez con el ministro Emilio Monzó, uno de los principales armadores políticos del ex presidente xeneize. Eventuales acuerdos por parte del frente integrado además por Ernesto Sanz y Elisa Carrió con otros sectores de la oposición todavía están verdes.
El lunes por la tarde, después de la conferencia de prensa del frente Cambiemos en el hotel Sheraton de la avenida Córdoba, Michetti le confió a sus íntimos que casi no había podido recorrer las regiones del NOA y el NEA por abocarse de lleno a la provincia de Buenos Aires. La candidata a vicepresidenta fatigó la tercera sección bonaerense, la más adversa a las aspiraciones presidenciales de Macri.
Esta mañana, Vidal tenía prevista una recorrida por La Matanza, uno de los municipios castigados por los intensos diluvios de la última semana, que hasta ayer no estaba en agenda. En realidad, la candidata a gobernadora pensaba aprovechar el fin de semana largo y descansar unos días, en línea con el viaje que también tenía programado Macri y que todavía no se sabe si lo realizará. Fue otro de los puntos que se trató durante el almuerzo: hacer un alto en la campaña. «No hay parate de nada», explicaron en el entorno de la vicejefa. Habrá que verlo.
Este mediodía, Macri volverá a almorzar en un coqueto hotel porteño. Será en el salón Versailles del Alvear Palace Hotel, junto a los empresarios nucleados en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP), liderados por Eduardo Eurnekian, presidente de la Corporación América. El líder del PRO es el primer presidenciable en disertar frente a lo que él llama el «círculo rojo». Solo planteó dos cuestiones: empezar puntual, y ser breve.
Fuente: infobae.com