En el inicio del Sínodo, el Vaticano refuerza el rechazo al aborto y al matrimonio igualitario

El Vaticano reforzó hoy el rechazo al matrimonio igualitario y al aborto, al tiempo que consideró a las migraciones y la baja natalidad como algunos de los desafíos de la familia para los próximos años, en el marco del Sínodo de Obispos que se desarrolla desde este lunes en Roma.

El cardenal Peter Erdo, relator general de la XIV Asamblea Ordinaria del Sínodo, planteó el rechazo vaticano al «drama del aborto y la eutanasia», y cuestionó «las presiones de organismos internacionales» para imponer «leyes del matrimonio entre personas del mismo sexo en los países pobres».

«Con respecto a la tragedia del aborto, la Iglesia reafirma la inviolabilidad de la vida humana. Ofrece asesoramiento a las mujeres embarazadas, el apoyo a las madres solteras, los niños abandonados y acompaña a las que han sufrido aborto y han dado cuenta de su error», señaló Erdo al abrir la Primera Congregación General de la reunión de 270 padres sinodales que debatirán sobre los desafíos de la familia hasta el 25 de octubre.

«Del mismo modo, la Iglesia reafirma el derecho a una muerte natural, evitando tanto el tratamiento agresivo que es la eutanasia», agregó el cardenal húngaro.

En esta línea, Erdo planteó que las personas homosexuales deben ser acogidas «con respeto y delicadeza» porque la Iglesia debe respetar a cada persona «en su dignidad independientemente de su tendencia sexual», aunque dejó en claro que «no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios para la familia».

En otro de los puntos que se debatirán durante el Sínodo, el cardenal de Budapest planteó que no es el «naufragio del primer matrimonio» lo que impide que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar, sino «la convivencia en segunda relación».

En su informe sobre los desafíos de la familia, Erdo incluyó a «la migración, la injusticia social, los bajos salarios que son responsables de algunas empresas comerciales, la movilidad laboral, control de la natalidad, la violencia contra las mujeres, los abortos a menudo forzados, esterilizaciones forzadas, alquiler de útero y gametos para satisfacer el deseo de un niño a toda costa».

Junto a los 270 padres sinodales con derecho a voto, participan del Sínodo 18 matrimonios que, según expresó el secretario general Lorenzo Baldisseri, están «llamados a enriquecer el Sínodo con su experiencia cotidiana de vida familiar».

Además de las esposas en esos 18 matrimonios, el Sínodo cuenta con la participación de otras 13 mujeres como teólogas, juristas y expertas en varios campos de atención a la familia, a quienes Baldisseri agradeció durante su intervención este lunes por la «contribución especial para que el Sínodo pueda mirar a la familia con la mirada tierna, atenta y compasiva de las mujeres», que espera de ellas el Vaticano.

Hoy el papa Francisco había asegurado durante su intervención en la Primera Congregación General que el Sínodo «no es un Parlamento donde se negocia o se pacta».

«No es un Parlamento donde hay que negociar, pactar o llegar a compromisos», dijo Franciso a los 270 padres sinodales.

Además, al dar inicio a las sesiones que culminarán con un documento sobre el que el Papa tendrá la última palabra, Francisco les recordó que se deben abrir al «Espíritu Santo» por el bien de la Iglesia y «dejar de lado» opiniones personales o prejuicios.

Fuente: telam.com.ar

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