Iron Maiden en Velez, heavy de alto vuelo

Por: Claudio Di Giacomo.

La legendaria banda británica de heavy metal, IRON MAIDEN, se presentó por décima vez en nuestro país para deleitar en primera instancia, a los 20.000 fans cordobeses que acudieron al Estadio Mario Alberto Kempes, en la noche del domingo 13 de marzo, mientras que anoche, se despidieron del público argentino con un demoledor concierto en el Estadio José Amalfitani, ante más de 40.000 espectadores.

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En un principio el público argentino, temió por la suspensión del show, teniendo en cuenta el accidente ocurrido con el propio avión de la banda, el boeing 747-400 «Ed Force One», en el Aeropuerto Comodoro Arturo Merino Benitez, en la ciudad de Santiago de Chile, cuando el mecanismo que unía a un camión de remolque con la aeronave, cedió y se produjo una fuerte coalisión que ocasionó como resultante, graves daños en el tren de aterrizaje, en dos de los motores del avión y sumado a esto, dos operarios heridos. Dadas estas circunstancias, la banda tuvo que trasladarse hacia nuestro país, en vuelo charter y hacer llegar parte del equipamiento por vías alternativas, detalle en el que el cantante BRUCE DICKINSON destacó durante el show en Vélez, la labor producto del gran esfuerzo del crew para que los shows en nuestro país se pudiesen realizar sin ningún tipo de alteración.
Teniendo en primer término a THE RAVEN AGE», como número telonero, banda de Rock Experimental, liderada por GEORGE HARRIS, hijo del bajista de IRON MAIDEN, y a la banda de Trash Metal, ANTHRAX, que se dieron el gusto de presentar temas de su más reciente álbum, «For all Kings», aún no editado en nuestro país, apenas pasada la hora 21:00, BRUCE DICKINSON en voz; STEVE HARRIS en bajo; STEVE MURRAY en guitarra; ADRIAN SMITH en guitarra, JANICK GERS en guitarra y NICKO MCBRAIN en batería, saltaron al escenario para calmar la ansiedad de una audiencia sumergida en la excitación, ya desde la previa, en las inmediaciones del estadio. El tema «IF ETERNITY SHOULD FAIL», seguido de «SPEED OF LIGHT», ambos pertenecientes al nuevo álbum «THE BOOK OF SOULS», fueron los encargados de iluminar la noche de Liniers y encender la euforia de poco más de 40.000 seguidores que se acercaron al José Amalfitani para disfrutar de una buena dosis de heavy metal de alto vuelo.
La bienvenida de un DICKINSON «intacto», a pesar del tratamiento por el que tuvo que transitar a raíz de un cáncer de lengua, en etapa temprana, meses atrás, sirvió de introducción para «CHILDREN OF THE DAMNED», tema perteneciente al álbum «THE NUMBER OF THE BEAST» de 1982 (Primer trabajo que incluyó a DICKINSON, como cantante de la banda), seguido de dos nuevas piezas, «TEARS OF A CLOWN» y la extensa «THE RED AND THE BLACK», uno de los picos más altos del nuevo trabajo de corte conceptual, «THE BOOK OF SOULS», en donde el núcleo de guitarras MURRAY / SMITH / GERS nos remitió al clásico «sonido MAIDEN».

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Unas palabras de DICKINSON a la audiencia, bastaron para desembarcar en uno de los momentos más explosivos de la noche con el infaltable «caballito de batalla» de los shows del grupo, «THE TROOPER», tema clásico, si los hay, encargado de abrir el disco «PIECE OF MIND» de 1983, mostrándonos al cantante BRUCE DICKINSON, disfrazado de soldado empuñando una bandera británica con secuelas de combate, saltando y sorteando obstáculos a lo largo y a lo ancho de la sugestiva escenografía a las que nos tiene acostumbrados la banda.
Otro de los momentos de reverencia de la noche, se puso de manifiesto con la llegada de otro clásico, «POWERSLAVE», incluído en el álbum homónimo de 1984, con BRUCE enmascarado interactuando con la audiencia y con pasajes instrumentales de absoluta exquisitez.
Acto seguido, dos temas del nuevo disco, «DEATH OR GLORY» y la excelente pieza que da título a la obra «THE BOOK OF SOULS», la cual deleitó a los presentes con un notable desarrollo instrumental a lo largo de sus casi 11′.
Posteriormente, BRUCE invitó a la audiencia a cantarle el «feliz cumpleaños» al bajista y miembro fundador, STEVE HARRIS, quien «tocó» los 60, el pasado 12 de marzo.
El espectáculo prosiguió con el arribo de «HALLOWED BY THY NAME», otra canción perteneciente al disco «THE NUMBER OF THE BEAST», en medio de la cual, saltó al escenario «el séptimo MAIDEN, EDDIE», todo un símbolo a lo largo de la historia de la banda, actor principal en el arte de tapa de los discos, como asi también de los shows, a través del tiempo, reciclándose una y otra vez bajo el concepto que encierra cada álbum del grupo.
Minutos luego, llegó otro de los números favoritos de los fans, el visceral «FEAR OF THE DARK», tema que da título al disco de 1992 y que desde su edición se ha transformado en una canción infaltable en el repertorio de la banda.
Precisamente este tema dio pie para el cierre, con el emblemático «IRON MAIDEN», una de las primeras composiciones del grupo, que justamente da nombre al álbum debut de 1980.
Ante una aclamado regreso al escenario, por parte de la audiencia, la banda saltó a las tablas con tres bises, «THE NUMBER OF THE BEAST», del álbum homónimo de 1982; el emotivo «BLOOD BROTHERS», tema perteneciente al disco «BRAVE NEW WORLD» de 2000, para arribar al cierre definitivo con «WASTED YEARS», del álbum «SOMEWHERE IN TIME» de 1987.
Por décima vez, IRON MAIDEN, visitó nuestro país y a pesar de los años, legiones inacabables de fans alrededor del mundo y la prensa especializada, continúan reconociendo su obra y el poder para reciclarse disco tras disco, sin perder de vista su esencia, aquella que los sitúa entre las bandas más destacadas en la historia del Rock Duro.

Mención especial: Esta crónica está dedicada a la memoria de KEITH NOEL EMERSON, quien nos regaló su legado, el pasado 10 de marzo.

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