Después del fuego, sólo queda devastación
El drama de los productores que lo perdieron todo.
ALGARROBO.- Con una rama, Guillermo Ostrovsky se toma su tiempo para dibujar en el suelo la extensión de su campo. Piensa, dibuja un rectángulo, hace una raya en el medio, otra y otra más, hasta que dice: «Tengo 100.000 metros de alambre y ya no sirve el 85%». El cerco perimetral es lo primero que deben recuperar los productores agropecuarios para proteger el ganado vacuno que se salvó de las llamas que devastaron la zona del Meridiano V, esa línea imaginaria que separa las provincias de La Pampa y Buenos Aires, una de las áreas más castigadas. «¿Cuánto se tarda en arreglarlo? Todo una vida», se lamenta.
En total perdió 4000 hectáreas. «Esto es devastador. Es peor que las dos sequías que tuvimos porque el fuego, de un día para otro, te saca todo», se lamenta.
Hasta anoche, aunque el peligro continuaba latente por las condiciones climáticas adversas, con ráfagas de viento que superaban los 50 km/h, el fuego estaba contenido en el sur de la provincia de Buenos Aires y en gran parte de La Pampa. Los controles sobre los campos incendiados, donde se practicaron la técnica del contrafuego para frenar la voracidad de las llamas, no cesan para confirmar que el siniestro fue sofocado. Sin embargo no se descarta que puedan aparecer otros focos si las condiciones climáticas empeoran.
Cuando el fuego se controle definitivamente llegará el lento proceso de recuperación. «Hay que empatillar los postes, sacar los que están quemados, clavar otros y atar el alambrado al nuevo. Así se levanta el cerco, al menos, para que las vacas no se escapen. Después habrá que revisar varilla por varilla y cambiar las quemadas», explica Guillermo Barboza mientras cavaba un pozo junto a Pablo Berentz y Juan Manuel Luján. Apenas se los escucha por el zumbido del viento. Se los ve de un color grisáceo por la tenue nube de ceniza que cae sobre todo el monte y las copas de miles de ejemplares de caldén, el árbol típico de la zona.
Recorrer el Meridiano V es estar lo más cerca posible del desierto. Las camas de arena dificultan el tránsito de los vehículos y la red de comunicación es pésima. Los campos ennegrecidos a ambos lados de los caminos lo convierten, aún más, en un territorio que parece olvidado. Por eso los productores reclaman asistencia para superar la crisis: necesitan rollos de pasto para alimentar al ganado y piden que se suspendan los impuestos inmobiliarios y la tasa vial.
«Nos destruyó. Estábamos levantándonos de la sequía que tuvimos hace unos años y esto nos mató», reafirma Federico, uno de los hermanos Rodríguez que administran la tierra de la familia. «Estaba pensando en casarme, pero no lo sé, una cosa así te cambia todos los planes, personales y laborales», dice, mientras mira gran parte de las 3500 hectáreas arrasadas.
En el establecimiento, ubicado en el límite de La Pampa, pastaban 500 cabezas de ganado de otros productores con los que Rodríguez capitalizaba su producción a porcentaje. Es decir, alimentaba a las vacas en su campo y luego se quedaba con parte de la cría. «Se las tienen que llevar a todas porque acá no quedó nada de pasto. Pierden ellos, porque no saben dónde mandarlas, y pierdo yo», sostiene con los ojos cargados de lágrimas.
Los productores no encuentran explicación a un conflicto de jurisdicción que impidió agilizar el trabajo de los bomberos. El miércoles pasado, cuando el fuego llegaba a la «Triple Frontera» -como denominan al punto en común entre La Pampa, Buenos Aires y Río Negro- bomberos bonaerenses quisieron entrar a territorio pampeano, pero recién fueron autorizados a la tarde. Habían pasado horas valiosas. Por eso en la reunión que tuvieron anteayer con el ministro de Seguridad de la provincia, Cristian Ritondo, y el de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, plantearon la necesidad de establecer una legislación federal que agilice los permisos interjurisdiccionales.
«Se siente mucha tristeza y pena porque hay familias que perdieron todo. Hay que agradecer el respaldo, pero nos encontramos con cuestiones de competencia que impedían a nuestros bomberos entrar a La Pampa. Las emergencias se deben plantear de otra forma», dijo el intendente de Villarino, Carlos Bevilacqua, en declaraciones radiales.
El Ministerio del Interior informó que está «evaluando el impacto que sufrió cada uno de los municipios para luego mandar recursos» y se comprometió a enviar Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a los municipios más afectados.
Ayer se hizo una reunión en el municipio de La Adela, uno de los más afectados en La Pampa, de la que participaron varios intendentes y funcionarios nacionales. Las primeras acciones que se definieron serán enviar dos ATN, uno a La Adela y otro a Río Colorado.
La Nacion