Pymes: menos palmadas en la espalda y más quita de la «pata» del Estado
Otra gestión, misma promesa, otra crisis y potencial destino. Las Pymes no necesitan que el sector público le indique lo que deben «hacer» sino sacarle la presión tributaria por la cual les imposibilitan «hacer». No necesitan que las «masajeen» antes de salir a producir, requieren que le saquen las cadenas impositivas, financieras y le den mercado interno para llevarlas al externo (estamos al revés pensado que el externo salva a las Pymes minadas de condiciones adversas para hacerlo hace décadas).
A contramano de la región (no de Países Nórdicos, Norteamérica o Asia) este fin de semana había circulado la ridícula y preocupante posibilidad de pasar la última categoría del Monotributo a Responsable Inscripto para comenzar a pagar impuestos a las ganancias, impuesto al valor agregado, ingresos brutos, impuestos provinciales e impuestos municipales y además tener que contar con un estudio contable que le lleve las cuentas a una Mipyme (micropyme). Lo que antes era una mochila como el «impuesto inflacionario» hoy revive en su modo más expuesto. Las empresas facturan más por inflación de precios pero venden menos en volumen, su rentabilidad por inflación de costos se erosiona, el Estado recauda más y las empresas no llegan a sostenerse. Argentina está patas para arriba. No entiende en lo más mínimo lo que es el desarrollo estratégico del sector Pyme. Hasta el año pasado había circulado la idea que para estar en una categoría u otra se vería la situación patrimonial. Es decir si el emprendedor tiene o no más de un bien a su nombre. Se diagnóstica discriminación emprendedora en Argentina.
Chile, una economía que tiene una inflación anual del 2,7% y crecería este año un 3,8% de acuerdo a proyecciones de la CEPAL, entendió que presionar tributariamente al emprendedor en su primera etapa del ciclo de vida (algo así como el salto del monotributo a responsable inscripto en Argentina) no le traería desarrollo futuro ni mejor situación fiscal presente. Al contrario, el resultado sacándole la pata del estado al microempresario sería que generaría más puestos de trabajo, más empresas micro pasarían a pequeñas y serían el puente de su desarrollo. Resultado: en Chile las Pymes crecen y en Argentina los microempresarios nunca se convierten en Pequeños. Cierran o se frustran en la categoría de «paria» impositivo. Los chilenos oportunamente tampoco querían subir de categoría o situación tributaria cuando el estado los presionaba impositivamente por lo cual evadían. Los agentes económicos son racionales independientemente de su nacionalidad. El resultado económico era pésimo y el fiscal también. Ambos perdían. Ahora todos ganan.
Sebastián Piñera, presidente de Chile, hace dos semanas sancionó 23 medidas a favor las microempresas. La clase media no es un obstáculo para el desarrollo de su país ni fuente de recaudación permanente. El mandatario chileno creo un régimen impositivo para pequeñas contribuyentes que hacen pequeñas empresas. Los impuestos pagados por las Pymes serán crédito para los impuestos pagados por las personas lo que favorece a los dueños de las Pymes y a las personas de clase media que lo vuelcan sobre el consumo nuevamente. Crédito Fiscal que las personas pueden descontar en el pago de sus impuestos personales de lo que oportunamente hayan pagado su empresa Pyme. ¿Esto debe ser Países Nórdicos, Norteamérica o Asia no? …porque siempre nos gusta compararnos con lo distante y lejano para que veamos poco factible su imitación. El mismo presidente al cruzar la cordillera crea la «Defensoría del Contribuyente» para evitar actos arbitrarios o abusivos, otorgándoles mayor certeza y mayor seguridad jurídica a sus Pymes. La CAME en Argentina pide por favor frenar los embargos de AFIP a Pymes hasta Diciembre de 2018. En Chile se extiende hasta el año 2035 las franquicias tributarias para la contratación de mano de obra e inversiones en sus Zonas Extremas y en Argentina ser Pyme en el interior del país es cruzar la frontera por aduana interior por los costos que esto implica. En Chile se crea un sistema de «Depreciación acelerada». Sus Pymes compran un bien de capital y lo pueden descontar todo de sus impuestos al primer año de su declaración jurada impositiva. Es decir, ¿qué va hacer un empresario chileno al segundo año? Va a comprar otra máquina para producir. En Argentina la depreciación es a 10 años. «Mejor no compremos nada. Más bienes de capital son más impuestos y más producción es más impuesto». Así piensa racionalmente el Pyme Argentino.
Señores miren que en Argentina las ventas minoristas de acuerdo a CAME cayeron 8% en julio, que en el acumulado del año la caída es del 3,7% y que en 2014 con caída de ventas de 6,7% con devaluación de menos de un tercio a la actual los centros comerciales de calles y avenidas eran pueblos fantasmas por cierre de comercios. No fue hace mucho. Esto paso hace 4 años con el anterior gobierno. ¿Cuándo vamos a imitar bien o por lo menos a contener mejor? Si hay CAMBIO…es ahora o nunca antes que el microempresario muera.
Uruguay era considerado una provincia argentina en los 90´. Sí, tenemos eso los argentinos, de mirar al costado con la soberbia del que presume haber conseguido algo pero no obtiene nada o muy poco. Para las Pymes uruguayas en su estadio microempresario (monotributista argentino) existe un Régimen simplificado SRL para que facturen hasta u$s 500.000 con impuestos que van del 3,3% al 12% de la tasa efectiva sobre la facturación. En Argentina el mismo puede facturar hasta u$s 30.000 anuales y sino un salto al vacío al régimen responsable inscripto.
La hoja de resultados de las Pymes en la región de acuerdo al Banco Mundial es la siguiente: en Chile hay una Pyme cada 124 habitantes mientras que en la región en promedio hay una Pyme cada 505 habitantes. En Argentina hay una Pyme cada 2326 habitantes. Me pregunto cómo se va a generar empleo si a quienes pudieran hacerlo en el futuro cada vez los fundimos más en el presente. Los datos son malos. Muy malos.
La propia Fundación del Observatorio Pyme indica que deberían adoptarse las siguientes 3 medidas para este segmento:
1-Mínimo no imponible para la masa salarial de empresas de menos de 10 ocupados (acabamos de eliminar el beneficio de mínimo no imponible de contribución patronal por la situación de emergencia en el cual las Pymes con la Reforma Tributaria aprobada el año pasado terminaban pagando más que previamente a esta por dicho concepto).
2- Reducción de la presión fiscal primeros años de vida de la empresa (al monotributista se rumoreo pasarlo a responsable inscripto y al que se inscribió en 48 horas en AFIP como SAS – sociedad autónoma simplificada- a las mismas 48 horas tiene que pagar como una gran empresa todos los impuestos de un sector que factura miles de millones).
3- Beneficios impositivos para empresas del interior del país (el pacto fiscal con las provincias determinaba la eliminación de ingresos brutos que ahora será un recurso para paliar el déficit provincial en contexto de acuerdo del presupuesto 2019. Con la propuesta de la Fundación del Observatorio Pyme el resultado proyectado a 5 años son 1 millón de nuevas empresas, 1 millón de nuevos trabajadores y resultado fiscal positivo. Con la situación actual de la economía sin contención del sector público en el aspecto impositivo y financiero sobre este segmento empresario el resultado serán cierre de miles de empresas, pérdidas de miles de puestos de trabajo, balanza empresaria negativa por que no hay incentivos para abrir una nueva empresa y las condiciones están dadas para el cierre para las que aún están vivas.
El Presidente de la Nación no puede dejar que lo corran más por «izquierda» con el tema que deja caer el consumo y el impuesto inflacionario se lleva puesto al sector Pyme por qué esto ya paso antes y lo debe evitar, ni por «derecha» por dejar que el sector Pyme cierra sus puertas. De una vez por todas debe generar las condiciones para que el micro pase a pequeño y el pequeño a mediano y por una vez en la historia, Argentina pase hacia el desarrollo de su economía. Este esquema de devaluación que favorece a las exportaciones no encuentra en las Pymes un gran interlocutor por qué solo el 1,4% de las Pymes exporta y las 850.000 Pymes del país viven del mercado interno. Le toca a este Presidente de la Nación el trabajo de conseguir y generar las condiciones para que las Pymes que venden localmente también lo hagan globalmente. Pero así no…así nunca lo va a lograr. Cualquier avance será un mérito de su gestión. Cualquier retroceso una frustración más para el sector, para este Presidente de la Nación y para las oportunidades del desarrollo económico de Argentina.
Ámbito