Mar del Plata: Un delincuente que escapaba de la policía se arrojó al mar y es intensamente buscado por Prefectura.
El delincuente saltó el murallón de la costanera y se perdió entre las olas. Prefectura Naval trabaja para encontrarlo.
Un hombre que intentó robar una casa en Mar del Plata durante la madrugada del viernes se encuentra desaparecido, luego de haberse arrojado al mar para escapar de la policía.
La persecución terminó de manera repentina, cuando el delincuente encaró hacia la zona de rocas de Cabo Corrientes luego de haber bajado de un pique la calle Gascón. Los policías lo venían siguiendo alertados por un llamado al 911 de un vecino que observó al sospechoso en su casa. En la huida, cruzó la avenida, saltó el murallón de la costanera y se perdió en el mar. Ahora lo busca Prefectura Naval, que todavía no consiguió dar con él.
Ocurrió en la madrugada del viernes en la zona de Aristóbulo del Valle al 2600. Cuando los agentes de la comisaría 9na llegaron, el ladrón había escapado, pero pronto lo vieron moverse en los techos de una casa vecina. Comenzaron a seguirlo entonces.
Eran las 5 de la madrugada, todavía no asomaban las primeras luces del día. En el camino, el delincuente se metió en otra casa, alcanzó a entrar hasta la cocina y tomar una cuchilla, pero cercado, continuó escapando.
Las imágenes de la persecución quedaron registradas en las cámaras del Centro de Monitoreo Municipal y alguna de particulares. Lo que se ve, según contaron fuentes, es que el asaltante, joven y atlético, cuando la persecución no llevaba más de doscientos metros, cruzó la avenida Patricio Peralta Ramos, de la costa, y a la altura de Gascón saltó hacia las rocas.
Las olas eran a esa hora de por lo menos dos metros, y como ocurrió durante el día, golpeaban con fuerza contra las piedras. Se desconoce si resbaló y cayó accidentalmente al mar, o si se arrojó deliberadamente. Lo cierto es que el oleaje lo arrastró. La causa es por «averiguación de ilícito» y quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº4, de Andrea Gómez.
Clarín