Willy Quiroga, el bajista de Vox Dei, anunció a sus 84 años, que deja los escenarios

El artista comunicó, a través de un video publicado en redes sociales, que algunas cuestiones de salud no le permiten volver a brindar espectáculos, pese a sus “ganas de continuar”

Willy Quiroga, exintegrante del mítico grupo Vox Dei, anunció a través de sus redes sociales que ya no volverá a subirse a los escenarios por problemas de salud. El más veterano artista de aquella camada de bandas y solistas que fundaron el rock argentino, tiene 84 años y dio a conocer la noticia con un video.

“Hola amigos… Bueno, tengo que, desgraciadamente, darles una noticia que jamás quise dar. A mis 84 años, con todas las ganas de continuar, me ha aparecido una enfermedad, que no me permite cantar, ni tocar, ni continuar con la banda. Pero quiero agradecerles a todos mis amigos y a todos los que me han hecho el aguante durante tantos años. Se los agradezco, de todo corazón. Ya no puedo continuar”.

Y luego aclaró sobre los shows que ya tenía agendados: “No es, lamentablemente, una noticia buena que les quiera dar. La fecha [se refiere al recital programado] de San Miguel hay que cumplirla. Mi banda va a cumplir con esa fecha. Es un compromiso tomado. Esa será la última presentación. Mil perdones, la vida tiene esas cosas y jamás te avisa”.

Hasta este anuncio, Willy fue una especie de guerrero incansable del rock, que no hizo más que seguir subiendo a los escenarios cada vez que tuvo la oportunidad. Todos esos shows (fueran en pubs o teatros) pueden tener el mismo valor, o similar, en términos nominales. En los oídos del fan siempre habrá favoritos. Para muchos, aquellas sesiones que grabó hace algunos años Willy con el grupo La Renga, con versiones de temas como “Genesis”, son de una belleza que se destaca por encima del resto. Y para la evocación, para lo que puede quedar en la batea emocional de lo memorable, esa serie de conciertos que La Renga dio en enero de este año, y que en una de esas funciones tuvo a Quiroga como invitado, también tendrán un lugar muy destacado. “A nadie le interesa si quedás atrás (Total que)” fue una de esas joyas de aquel Vox Dei de 1972 (del disco Cuero caliente) enérgicamente revitalizada por la banda de Mataderos.

Hasta llegar a aquella banda con la que se hizo famoso, a principios de los sesenta, Willy gestó algunas agrupaciones folklóricas hasta que cayó rendido ante la influencia de los Beatles. Una vez que los planetas comenzaron a alinearse (Quiroga, Rubén Basoalto, Ricardo Soulé y Juan Carlos “Yodi” Godoy) de a poco el rock inglés le dejó lugar al cantado en castellano. Y tras el primer disco, de 1970, Vox Dei lanzó su obra más trascendente, una pieza conceptual cargada de fe cristiana, La Biblia. La antesala, de esa inspiración y del posterior éxito probablemente haya sido un recital realizado en el Luna Park, al que Vox Dei llegó como una banda de segunda línea y se fue del escenario ovacionada. Así lo recordaba Quiroga, en una columna de opinión para LA NACIÓN, referida aquellos primeros años del rock argentino.

“Los últimos años de la década del 60 habían sido difíciles para el rock, porque no hubo un contexto para eso. Existía otro tipo de música dando vuelta y la mayoría de las bandas de rock cantaban en inglés y no en castellano. Casi nadie se animaba todavía. De pronto apareció una productora, la legendaria Mandioca, que comenzó a apoyar el movimiento y a abrirle puertas. Recuerdo que se hacían recitales los domingos, en el Teatro Coliseo, con el nombre de ‘Beat Baires’. En esos conciertos tocábamos todos juntos y, además de los artistas de Mandioca, se presentaban Billy Bond y Almendra. Justo allí fue cuando comenzó a gestarse algo realmente importante en el rock de acá. Había mucha energía en todos esos grupos. En lo personal, 1970 fue el año en que Vox Dei se ganó un lugar entre los grandes. Editamos nuestro primer álbum, Caliente, y hubo un concierto en el Luna Park, en el que se anunciaba a las tres bandas más importantes de la Argentina: Almendra, Manal y Los Gatos. Y después tocaban varios grupos más, entre los que nos encontrábamos nosotros. Fito Salinas, un locutor de radio muy famoso por esa época, era el presentador de la noche. Cuando subimos al escenario, la gente explotó en un griterío. Estaban eufóricos. Nos mirábamos entre nosotros y no lo podíamos creer. Después de las tres canciones que tocamos, Salinas subió al escenario y dijo: ‘Hoy aquí se presentaron las tres bandas más grandes del país. Permítanme asegurarles que aquí está la cuarta’. Nos dejaron hacer un tema más y largamos por primera vez con ‘Presente’”.

El resto de ese presente es una historia que tuvo, como todas las bandas de larga trayectoria, altos y bajos, momentos de unión e inspiración y otros de división y proyectos solista donde cada músico siguió su camino, pero sin desprenderse del todo de aquel apellido, Vox Dei, que lo llevó a la fama y le otorgó una página especial, dentro de la historia del rock vernáculo.

Dos décadas atrás, y cuando ya habían pasado 35 años de la edición del primer disco del grupo, así definía Quiroga a “su presente”, que ya no contaba en sus filas con Soulé, uno de sus más inspirados creadores de canciones para el grupo: “Somos agradecidos de lo que nos pasó y lo que nos pasa: que hayamos tenido la suerte de encontrar las palabras y la música como para que los temas permanezcan en la gente y pasen de generación en generación. Cada uno de los temas de Vox Dei está vivo y la gente quiere volverlo a escuchar”.

Sin duda, muchas de esas canciones han atravesado generaciones del mismo modo que atraviesan hoy a Quiroga, aunque tenga que dar un paso al costado, luego de tantos años dedicado a la música.

La Nación

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